EL
CÓMIC
Hace más de 100 años que va a surgir el cómic como un
nuevo lenguaje integrador de otros lenguajes. A fines del siglo XIX –la época
en que va a nacer el cine- el cómic no va a adoptar sus formas y convenciones
actuales. Desde entonces, se ha convertido en un fenómeno artístico y social
universal.
“Richard Felton. The
Yellow Kid, 1895. Este nene está considerado el primer personaje de cómic.
El diario nortamericano New York Journal va publicar las primeras tiras de
viñetas con textos de diálogos escritos sobre los vestidos”.
La viñeta
La viñeta es la unidad definidora del lenguaje del
cómic porque integra la imagen, los signos grafoplásticos y el texto. El tamaño
de la viñeta condiciona el espacio de representación y el tiempo que es
necesario para leerla. Las viñetas pueden ser de diferentes formas, según el
tipo de espacio que representen y la acción que expliquen. En los lenguajes
secuenciados más primitivos todas las viñetas tienen la misma forma y medida.
Portada de la revista infantil Chicos, editada en Madrid en 1940.
Las viñetas de la página de este cómic tienen formas
muy diferentes.
Peyo. El trobadors de Rocafort, 1997. Cómic
publicado en la revista Cavall Fort.
En esta página de cómic, la viñeta superior
representa un espacio grande donde pasan muchas cosas. Se necesita tiempo para
poder captar todo lo que se explica. Por el contrario las tres viñetas pequeñas
representan tres instancias de una acción en un espacio muy limitado. La lectura
es muy rápida.
El montaje
Las viñetas de un cómic han de ordenarse y
distribuirse por la superficie para comunicar un mensaje descriptivo o
narrativo. El objetivo principal de una operación de montaje es comprender la
secuencia. La extensión del montaje en el cómic puede ser: la tira, la página o
el libro.
Quino. Mafalda
5, 1992. Ejemplo de tira horizontal.
La
tira tiene el montaje más elemental. Está constituida por
dos o más viñetas seguidas, en dirección vertical u horizontal. Una página de
cómic ha de entenderse en conjunto como una composición grafoplástica en que
intervienen el equilibrio y los ritmos.
En la cultura occidental, la orden de lectura es de
izquierda a derecha y de arriba abajo. Este factor se ha de tener en cuenta cuando
se hace una tira o una página de cómic. El lector ha de poder identificar el
itinerario de lectura de las viñetas. En el libro el cómic ocupa más de una
página; se ha de tener en cuenta que cada una ha de abrir paso a la siguiente:
no pueden olvidar como comienzan y acaban dos páginas consecutivas.
Andreas. Rork 4. Descens, 1993.
El autor tiene mucho cuidado. Todos los elementos de
cada viñeta, contribuyen al equilibrio del conjunto de la página.
La continuidad entre viñetas.
La conexión
de viñetas consecutivas acostumbra a seguir la lógica de la narración.
La solución más utilizada consiste en mostrar, en viñetas consecutivas, la
acción de unos personajes que comparten un mismo espacio o espacios propios.
Hemos de tener en cuenta que la conexión entre dos viñetas sea suficientemente
buena. Si es necesario será oportuno reforzar el uso de los recursos como el
anclaje, el cartucho, el texto en off…, entre otros.
El cartutx es un texto situado entre dos viñetas con
la finalidad de enlazarlas.
A la viñeta de la chica, el texto está en off porque
procede de un personaje que no está encuadrado a la misma viñeta.
Signos propios del cómic
El lenguaje del comic ha establecido unos signos convencionales
que actualmente todos conocen e interpretan de la misma manera. Los más
importantes son los siguientes:
Los códigos gestuales.
Los dibujantes de cómics saben perfectamente que el lenguaje de la expresión
del rostro es muy importante: lo intensifican al máximo cuando quiren indicar
los sentimientos y estados de ánimo de sus personajes.
Los gestos del cuerpo completa la expresividad de la
cara, ayuda a mostrar relaciones interpersonales e indica qué acciones hacen
los personajes.
El dibujante exagera los gestos para que sean más
expresivos y convincentes.
Estefi, el personaje de la dibujante Grazia Nidaso,
es especialmente expresiva.
Las líneas cinéticas.
Representan las marcas que dejan los movimientos de
los personajes y objetos cuando se desplazan. Se trazan detrás del cuerpo que
se mueve e indican la trayectoria que ha seguido, o bien traducen los efectos
del movimiento representado: impacto, velocidad, temblor, descomposición
visual… Estas líneas no tienen una
semejanza icónica con la realidad, , pero resultan muy efectivas para sugerir
la acción.
Descomposición visual del movimiento que representa
que es muy rápido.
Impacto representado en forma de estrella.
Trayectoria lineal reforzada con blanco.
Los elementos fonéticos.
Los bocadillos o globos.
Son un recurso propio del cómic y de la fotonovela.
Se utilizan para integrar los diálogos o los pensamientos de los personajes en
la viñeta.
Están formados por un cuerpo que contiene el texto y
por una cola que indica qué personaje lo dice. La forma del bocadillo o globo y de la
cola refuerzan el significado de las palabras o de las condiciones en que
se dicen.
Según la procedencia del sonido, la cola del
bocadillo cambia: 1) voz normal; 2) voz procedente de un aparato; 3)
pensamiento; 4) voces conjuntas de diversos personajes.
Las onomatopeyas
Son las representaciones de los sonidos con signos
exagerados de la escritura fonética. En gran parte derivan de la lengua
inglesa, pero se utilizan universalmente.
La forma de las letras que constituyen la
onomatopeya acentúa el significado.
Bibliografía
Nebot, A., Nuñez, C. y Padro J.M. (2002). Croma.
Visual i Plástica 1r Cicle. Casals. Editorial Barcelona.
Elegí EL CÓMIC porque en una entrada que realizaré más adelante nos será útil recordarla para comprender mejor el escrito.
No nos olvidemos entonces que en EL CÓMIC se combinan dos lenguajes: el gráfico (los dibujos) y el verbal (los textos). En un cómic hay viñetas (cada uno de los recuadros ilustrados con dibujos); cartelas (textos que contienen el relato); bocadillos
(con los diálogos o pensamientos de los personajes); y las onomatopeyas (representaciones gráficas de los sonidos).
-Cabriola 6. 1999, Grupo Santillana Ediciones. Madrid, España-.
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